del sueño

te soñé

siempre fuiste tú

aquella persona que no golpeaba el alma

y bebía mis lágrimas como licor de arroz

sabías hacer torniquete al alma

y succionar el veneno del dolor

fuiste solo el sueño

los brazos cálidos que me cuidaban

las piernas que me abrazaban incesantes noches

los ojos brillantes gotas de paz

huyeron con las palabras borrosas

en las tormentas y pesadillas de soledad

soledad ruidosa

despertando de sueño

solo es eso

Visua

un mal episodio de una historia
que jamás empezó
la sombra de una luna imaginaria
el trozo de una estrella que jamás brilló
sin una lágrima, ni un sollozo
un rostro de noche borrosa
un lago tibio y esa mano blanca
los ojos verdes necios en la memoria
que se perdió con el final, con un adiós

mi princesa

ella quería unas alas
deseaba la eternidad
y el beso del dragón...
puso su mano en este corazón
y lo arrojé tan lejos que ya no escucho su latido
no hay dolor, no hay amor
las alas se fueron con la eternidad
y la mano se heló
el dragón jamás existió
y su piel, la sangre se extinguió
sus restos se hunden tan profundo
en un mar violento
en los suaves pétalos de cualquier boca

Azul y cielo

he estado en ese bello lugar
en la soledad constante
permanente ya sin miedo
cerca de un mar, pisando una playa
tocando de a poco en tanto la felicidad
sola
que nada interrumpe el canto de las olas
que rompen en mis pies
sin ningun dolor, tal vez el sabor de la sal
sin el calor de una ajena piel que mienta
y con el beso incondicional del sol en los hombros
sola en un reino de estrellas sinceras
y la mirada fija en el brillo del atardecer
poseyendo el rostro del placer de tanta belleza
surciendo las alas de las aves
y sembrando otra vez las mías

Lady Versailles

el hueco del corazón
el filtro de todos los amores
del vicio por la libertad
un hartazgo del vino tinto
tanto tabaco y opio al rojo vivo
tantos amantes apagados
emigrante de bocas tibias
navegante en cientos de mares
y turista de mil camas
sin palabras de amor que anclen atardeceres
ataduras en las manos
amarres de piés sensuales
sin miedo al dolor
al caer de la sangre o al ruido de lágrimas ajenas
la musica violenta, aristocracia, ella
la dama que huye del pudor

Majo

ella, de ser la gran amada
ángel e idolatrada
esa a la que se le otorgó el último racimo de rosas
a quien se le ofreció toda la sangre
y el sacrificio
la tristeza, las noches heladas
amargura, placer
quien explotó en la entrañas la ilusión
ella
la indiferencia
ignorarse amada
el secreto
amada mía que me has abandonado
y negando tus abrazos me mataste
prohibiste a tus ojos la mirada
me alejaste con la música del diablo
me sumergiste tan profundo en el mar del odio
y resistiendo el ultimo aliento cristalizado
el llanto y el ocaso

Ash Alvez

Es el autor de la canción más linda del mundo:

my love song for hachiko...